En la Conferencia Europea de Biogás 2020 se evidenció el gran potencial del biometano, aportando energía renovable y ayudando al desarrollo rural, en línea con el Pacto Verde Europeo. En declaraciones de la Presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen: "Para una neutralidad climática en 2050 necesitamos un suministro 100 % de gas renovable basado en gases verdes, tales como el biometano y el hidrógeno".
En Europa el biometano tiene un tremendo potencial para descarbonizar la economía en el continente, contando con la utilización de cultivos intermedios, que además del beneficio que aportan al suelo, constituyen materia prima para la producción de biogás. El crecimiento de este sector hasta 2030 podrá ser exponencial, con la construcción de unas 10.000 plantas de biogás, a sumar a las 18.000 actualmente existentes. Se precisarán políticas de apoyo que aporten confianza a los inversores, siendo necesarios objetivos ambiciosos y controlados de combustibles avanzados, incluyendo biogás y biometano, normativas que faciliten el acceso a las redes de gas, además de un Sistema de Garantías de Origen que permita el comercio transfronterizo.
El sector agrario tiene un protagonismo vital en este sector
Tanto por su potencial como por ser generador de importantes volúmenes de GEI, precisa incentivos que creen un marco favorable para las inversiones y apoyo económico para los proyectos de biogás, especialmente en las propias instalaciones.
Aparte de beneficios medioambientales, la digestión anaerobia produce bioproductos, como biofertilizantes, retorna nutrientes a la tierra y puede llegar a generar huellas de carbono negativas debido al secuestro de carbono en el suelo. Este sector evolucionará a la agroecología, con instalaciones próximas a la generación de residuos. Por tanto, el biometano no puede juzgarse únicamente por sus costes de producción, sino también por sus muchas ventajas, medioambientales, gestión de residuos, mejora de seguridad de suministro, desarrollo rural, etc. y teniendo en cuenta los factores mencionados, resulta competitivo frente a otras alternativas bajas en carbono.
Según la Asociación Mundial de Biogás (WBA) los costes medios actuales de producción de biometano, entorno a 60 €/MWh, podrán ser inferiores al coste del carbono en 2030, estimado en unos 200 €/ton CO2 .
Existen grandes diferencias en producción de biogás dentro de la UE
Francia, con la "Ley de Transición Energética para un Crecimiento Verde" en 2015, estableció como objetivo que el 10% del consumo en 2030 fuese gas renovable. Actualmente hay 155 plantas inyectando biometano en la red. El ritmo de crecimiento es único en la UE, de media una nueva planta de biometano cada semana, con 1.000 proyectos inscritos en el Registro de Reserva de Capacidad. En 2050 contará con un 100% de gas renovable.
En Suecia, Dinamarca y los Países Bajos hay estaciones de servicio suministrando GNC 100% biometano. En Dinamarca el 10% de la red suministra biometano.
En España estamos en un estado incipiente, unas 250 plantas generando energía eléctrica y solo dos plantas de biometano inyectando a red, además de otras a pequeña escala o comenzando operaciones. Siendo uno de los países de la UE con mayor potencial, este parque es inapropiado. Los principales escollos son: falta de un marco normativo que incentive la inversión, producción y consumo, y no disponer de un sistema que certifique la procedencia renovable del biometano que permita su comercialización dentro y fuera del país . El sector confía en ser capaz de satisfacer el aumento de demanda del sector y confía en la aplicación del Artículo 10 del Proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética sobre el fomento y objetivos de los gases renovables, que prevé:
- objetivos anuales de penetración de los gases renovables en la venta o consumo de gas natural,
- un sistema de certificación que permita la supervisión y control, y
- regulaciones que favorezcan la inyección de dichos gases renovables en la red de gas natural.