La calefacción de biomasa genera un ahorro de hasta el 66% frente al gasóleo.
De los 1.340 euros de media que se gastan anualmente en cada hogar de Castilla y León para afrontar los costes generales de energía, el 47% se destinan a producir calor; un 19%, a agua caliente sanitaria; y el resto, a la electricidad.
Es decir, la factura de la energía para la calefacción representa una parte muy importante del presupuesto de los hogares. Y esta carga es aún más importante, en términos relativos, para los hogares con bajos ingresos. La calefacción de biomasa es una solución eficaz para reducir estos gastos y un instrumento eficaz en la lucha contra la pobreza energética.
La estabilidad de los precios de la biomasa, en claro contraste con el progresivo incremento del coste del gasóleo de calefacción —que se ha elevado por encima de un 30% en los dos últimos años—, ha propiciado un significativo aumento del ahorro que supone el uso de la biomasa como combustible de calefacción, que en estos momentos puede ser de hasta un 66% frente a los costes del gasóleo.
El gasóleo de calefacción ha subido un 22% en un año, según las estadísticas oficiales. Aunque lo cierto es que, en números absolutos, el litro de gasoil de calefacción costaba en julio del año pasado unos 0,59 euros y este año estaba a 0,78 euros.
En el mismo periodo, dos kilogramos de pellets han pasado de costar 0,46€ a 0,48€. Dos kilogramos de pellets es el equivalente energético de un litro de gasóleo; es decir, para conseguir el calor que ofrece un litro de gasóleo se necesitan dos kilos de pellets.
Pero las familias que confían en el gas natural para calentarse no lo tienen mucho mejor. El precio de este combustible se ha incrementado en el último año un 32%.